Voz de América – Caracas, 11 de noviembre de 2024-. El expresidente boliviano Evo Morales descartó el domingo que vaya a retomar los bloqueos carreteros que fueron parte de una serie de protestas contra su sucesor, Luis Arce, pero advirtió de marchar junto a sus partidarios hasta la sede de gobierno con el objetivo de buscar soluciones a la crisis económica que atraviesa el país y reconocer su postulación presidencial por el partido gobernante para los comicios del próximo año.
Alrededor de un millar de partidarios ratificaron a Morales, de 65 años, como el «único candidato presidencial» por el Movimiento al Socialismo (MAS), a pesar de un fallo judicial que le impide postularse. Otro sector del partido oficialista respalda la gestión de Arce y cuestiona la postulación de Morales.
«Seguimos en emergencia, sólo hemos declarado un cuarto intermedio, desde el lunes vamos a planificar la aplicación de las resoluciones, entre ellas una marcha a La Paz. Pido unidad y fuerza a nuestras bases y les aseguro que vamos a ganar esta batalla», dijo el exmandatario a sus seguidores reunidos en esta localidad cocalera del centro de Bolivia.
Arce y Morales sostienen una prolongada disputa por el control del MAS de cara a los comicios presidenciales. Partidarios de Morales tomaron las carreteras por 23 días hasta el pasado lunes con el objetivo de exigir que se ponga fin una investigación penal en torno al exmandatario por el supuesto abuso de una menor en 2016 y se reconozca su postulación.
Arce acusó a Morales y sus partidarios de «sabotaje económico» y de provocar pérdidas por 2.000 millones de dólares como resultado de los bloqueos que afectaron las exportaciones y la distribución de alimentos y combustibles, agravando la crisis económica que pesa sobre el país.
Según el gobernante, Morales presiona por «interés personal» y para lograr «impunidad» judicial.
Morales, quien fue primer presidente indígena de Bolivia (2006-2019), fue duramente criticado por las protestas y desató temores de un nuevo bloqueo en las autopistas del país por parte de sus simpatizantes, quienes ahora también exigen la renuncia de Arce debido a una inflación acumulada de 7,26% entre enero y octubre, la más alta en más de una década.
Morales también demanda que se ponga en libertad a las más de 100 personas que fueron detenidas durante las manifestaciones.
Según los analistas, la disputa entre Morales y Arce ha tenido un alto precio para MAS, que está en riesgo de perder 18 años de hegemonía, cuando faltan 10 meses para los comicios presidenciales.
El Tribunal Constitucional ratificó el viernes un fallo de principios de año en que asegura que ningún funcionario electo puede ejercer más de dos mandatos, lo cual descarta a Morales de la contienda presidencial.
Morales, sin embargo, acusó a Arce de tramar un «plan negro» con magistrados que se «prorrogaron ilegalmente en el cargo» para inhabilitarlo. También señala al actual presidente de «armar» el caso judicial en su contra para sacarlo de la contienda.
«Un revolucionario nunca se jubila», dijo. «Estoy habilitado y soy el único candidato del MAS, esa sentencia de magistrados ilegales no puede aplicarse en 2025 sino en 2030».