El maquillaje en Maracaibo vive una nueva etapa y, esta vez, el protagonista es el color. La maquilladora profesional Valeria López, reconocida por atreverse a romper con lo tradicional, ha encontrado en los tonos vibrantes un sello que hoy marca tendencia en la ciudad.
“Un día me aburrí de usar los mismos neutros y comencé a investigar a maquilladores que trabajaban con colores llamativos. Me enamoré por completo. Lo integré poco a poco en mis looks y a la gente le fascinó. Lo vieron como un concepto diferente y se empezaron a atrever a usarlo”, recuerda Valeria.
Para ella, el color no es una moda pasajera, sino un verdadero statement. “Un maquillaje con tonos vivos siempre será distinto a lo común. La clave está en dominar la teoría del color para lograr combinaciones elegantes y potentes, sin caer en lo caricaturesco”, explica.
Las reacciones del público marabino han sido diversas. “Hay quienes quedan fascinados y se atreven a llevarlo, otras lo admiran pero no lo imaginan en sí mismas, y también están las que prefieren quedarse en el team neutrales. Pero el maquillaje es arte, y yo siempre digo que se animen a experimentar un poco”, señala López.
Entre las historias más memorables está la de una clienta que, tras ver uno de sus looks con todos los colores del arcoíris, le pidió un curso privado para aprender a recrearlo. “Cuando terminamos me dijo: ‘Vale, eres una dura. Jamás pensé que me quedaría bien y que mucho menos lo iba a poder lograr’”.
Su recomendación principal para quienes quieran incursionar en esta tendencia es clara: estudiar teoría del color y saber equilibrar los tonos vivos con neutros para mantener la elegancia. “Un pop de color nunca cae mal si lo acompañas de neutros que le den coherencia al look”, asegura.
El truco de Valeria para lograr intensidad en los pigmentos es aplicar una pre-base clara, trabajar con brochas pequeñas y construir el color en capas. “Así se logra un acabado vibrante y definido, sin que se pierda en el difuminado”, comenta.
Sobre el futuro del maquillaje de color en la ciudad, Valeria se muestra optimista. “Creo que llegó para quedarse, aunque seguramente evolucionará. No veo a los looks coloridos desapareciendo, más bien adaptándose a nuevas tendencias, sobre todo en editoriales y propuestas creativas”.
Más allá de la técnica, su motivación es ver cómo sus clientas se empoderan frente al espejo. “Confirmo que mi profesión no es solo estética, es ayudar a resaltar lo que cada mujer ya tiene, despertar confianza y acompañarlas en el proceso de mostrarse auténticas”.
Y deja un consejo final para quienes aún dudan en experimentar: “Entiendo que da miedo salir de la zona de confort, pero al final es solo maquillaje. Si no te gusta, lo retiras y empiezas de nuevo. Lo bueno es que no es permanente, así que atrévanse a jugar con el color, porque nunca sabrán si les gusta hasta que lo intenten”.