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Chris Andrade trajo un pedacito de Escuela de nada a Caracas

El comediante caraqueño de 34 años de edad cerró su primera gira de stand up en solitario en la Concha Acústica de Bello Monte. Ante 4.500 personas, el del sábado fue el show de comedia más grande que se ha hecho en el país. Una noche en la que jóvenes y adultos disfrutaron lo más cercano a un show en vivo de EDN

El Nacional – Caracas, 22 de Mayo del 2023. Antes del sábado, lo que más le preocupaba a Chris Andrade de su show en Caracas, en el que reunió a 4.500 personas en la Concha Acústica de Bello Monte, era que todo resultara tal como lo imaginaba. Además de ser la presentación más ambiciosa de su carrera, prometía ser el stand up más grande que se haría en el país. Sobre sus hombros cargaba un enorme peso del que se zafó este fin de semana con un show sold out, en el que más allá de cumplir un sueño propio, cumplió el sueño de miles de fanáticos de ver lo más cercano a un show en vivo de Escuela de nada (EDN), que no puede presentarse en el país.

El show de Caracas fue distinto, especial. No solo por la dimensión del evento, que superó las expectativas de muchos, sino porque era el cierre de la primera gira individual de Chris en la ciudad en la que, hace casi una década, comenzó a hacer stand up. «Caracas, lo logramos. Llenamos la Concha», gritó emocionado al subir al escenario ante un público eufórico, que lo recibió entre vítores y ovaciones.

Para Chris Andrade este show, además de marcar un precedente en el stand up en Venezuela, también era una forma de mostrar ante una poderosa audiencia el talento de nuevos comediantes como, por ejemplo, Carluis Medina, quien abrió la presentación del comediante en Caracas. El joven de 22 años, que suele presentarse ante públicos más pequeños, se ganó las carcajadas de los presentes con chistes de su vida en Güiria, pueblo del estado Sucre donde creció, y de su época universitaria en la Universidad Católica Andrés Bello en la capital.

Algo que destacó del show —producido por Cusica, que se perfila como una gran productora de eventos de todo tipo, más allá de los musicales— fue el acompañamiento visual, la colorida iluminación y todos los componente que fueron parte del stand up.  El más llamativo fue la presentación que precedió la salida de Andrade: un grupo encapuchados con túnicas blancas, liderado por alguien con túnica roja, que simulaba ser un coro góspel, pero en vez de cantar música espiritual cantaban reguetón. Al ritmo de «Candy» de Plan B, «Me porto bonito» de Bad Bunny y «Noche de entierro» de Luny Tunes, el coro del perreo inauguró la velada.

En su rutina, Chris se paseo por anécdotas de su vida en México y Caracas, relaciones de pareja del pasado y algunas historias que ya había abordado en Escuela de nada, pero que en el show desarrolló más a fondo. El tema predominante de la noche fue el sexual con chistes alusivos a experiencias propias y con los que indagó en las del público, en el que había todo tipo de personas: padres e hijos, parejas y grupos de amigos.

Más allá de las risas, en el show también hubo espacio para la emotividad. La gran sorpresa y el momento más conmovedor de la noche fue la aparición de Leo Rojas sobre el escenario. Para muchos de los presentes ver a 2/3 de Escuela de nada en tarima era lo más cercano que tenían a un show en vivo del podcast. «Todo lo que estoy viendo en este momento es una puta locura. Más de 4.500 personas en la Concha Acústica de Bello Monte viendo el show de Chris Andrade (…) Verlos aquí me hace ser consciente de todo lo que nos estamos perdiendo», dijo en referencia a que no se pueden presentar con un show de EDN, porque Nacho Redondo no puede regresar al país luego de que en 2017 hiciera un chiste en un show en la Universidad Central de Venezuela sobre los discapacitados que cayó mal en varios sectores de la sociedad, incluido el régimen. Recibió amenazas de muerte por internet y el gobierno lo demandó. Emigró.

Rojas aprovechó su participación en el show para pasearse por el público y hablar con algunos fanáticos del podcast, que no hicieron otra cosa más que agradecerles los buenos momentos que les hicieron pasar con cada episodio de EDN. «Quiero darles las gracias porque me han acompañado mucho», dijo emocionado un chico en el público.

El resto de la noche, en la que no faltaron las risas y algunas lágrimas de felicidad, transcurrió entre anécdotas, chistes derivados del podcast y la participación de un público que no desaprovechó cada oportunidad para expresarle a Chris Andrade su agradecimiento por ver traer al país lo más cercano a un show de Escuela de nada. Aunque por el momento parece imposible que los tres integrantes de EDN se presente en Venezuela, los más fieles seguidores del podcast no pierden la esperanza de que algún día ocurra.