Xakata – España, 1 de Octubre del 2023. En 1988, la Guerra de la Evolución fue una saga que atravesó todos los cómics Marvel. Incluso los de ALF.
Todos recordamos ALF, ¿verdad? Una de las series más emblemáticas de los ochenta, una sitcom que hoy sigue resultando divertidísima (posiblemente por el filo no-para todos-los-públicos que a veces tenía su humor: al parecer lo mejor de la serie estaba en los chistes que no pasaban el corte final o que directamente quedaban como ideas en la mesa de guionistas) acerca de un alienígena peludo que convive con una familia terrestre.
Su éxito se prolongó durante cuatro temporadas y algo más de cien episodios, y ALF se convirtió en un icono pop. Y no solo en Estados Unidos: en Alemania, el actor que doblaba a ALF llegó a grabar dos discos dando vida al extraterrestre.
La popularidad se multiplicó en productos derivados como dos series de animación (‘ALF’ y ‘Los cuentos de ALF’), un curioso talk show (¡en 2004!), una película (la fallida ‘Proyecto ALF’) y un par de proyectos que no salieron (una nueva película ya en el nuevo siglo y un reboot para Warner hace no mucho, en 2018.Y, por supuesto, los cómics de Marvel.
Durante cuatro años, la editorial publicó 50 números (y tres anuales) del personaje bajo su sello Star Comics. En este sello, Marvel publicaba cabeceras orientadas al público infantil, a menudo basadas en series de animación o franquicias de juguetes.
Los más populares fueron tuvieron como protagonistas a Spider-Ham (la parodia de Spider-Man de nuevo de moda gracias a ‘Spider-Man: Un nuevo universo’), Heatcliff, las series de Star Wars ‘Ewoks’ y ‘Droids, los Osos Amorosos, Los Pequeñecos y muchos otros.
ALF’ fue una de las series más longevas (llegó a durar 50 números, prolongándose dos años más allá que la serie de televisión) y tenía un equipo creativo muy interesante (lo que acercaba a estos cómics más a una parodia al estilo ‘MAD’ que a los cómics más sencillos e infantiles del resto de la línea): Michael Gallagher como guionista (que, de hecho, estuvo en ‘MAD’ y en cómics Marvel más desenfadados, como ‘Guardianes de la Galaxia’), Dave Manak como dibujante (otro histórico de Star Comics y tebeos paródicos varios), y como entintadora y colorista, la gran Marie Severin.
Que ALF fuera un personaje Marvel gracias a los vericuetos de las licencias televisivas no debería extrañarle a nadie, mucho menos en un sello donde compartía espacio con saturday morning cartoons y personajes de ‘Star Wars’.
Lo que es más raro es que Marvel decidiera incluirlo en su sartenada de eventos de crossovers, que por aquella época eran monstruosos y obligaban a incluir a todo el catálogo de la editorial.
Por aquel entonces, una saga como ‘Secret Wars II’, por ejemplo, hacía que absolutamente todos los personajes de la casa se encontraran, cada uno en su colección, con el Todopoderoso.
ALF en la guerra (de la Evolución)
Marvel se dio cuenta de que esas cosas podían llegar a ser excesivas y en 1988, en su evento de la Guerra de la Evolución, intentó limitar la aparición del Alto Evolucionador (recordaréis su versión en el MCU en ‘Guardianes de la Galaxia Vol. 3’) a los números anuales de cada colección. Y le tocó a ALF, aunque lo cierto es que el argumento de la Guerra de la Evolución encajaba bien con su naturaleza.
El plan del Alto Evolucionador, uno de los mejores genetistas del mundo, es el de crear seres hiperevolucionados para descubrir los misterios de la existencia.
Su último plan es hacer evolucionar a la especie humana para convertirla en suprema, eliminando para ello las que considera amenazas para la pureza genética. Un plan que, para poder encajar en series tan dispares como X-Men o El Castigador, se ramificaba de forma imposible con no menos imposibles temáticas.
En 1988, ALF tuvo su propio anual en su colección, así que tuvo que plegarse a las exigencias de Marvel: la quinta historia del cómic nos cuenta el encuentro del simpático alienígena con el Alto Evolucionador.
Éste contacta con ALF cuando el extraterrestre intenta rescatar a su amigo Brian, el pequeño de la familia con la que vive, de un campamento de verano, donde erróneamente piensa que ha ido en contra de su voluntad.
El Alto Evolucionador quiere interrogar a ALF sobre su planeta natal, Melmac, pero el alienígena le comenta que fue destruido, tal y como es canónico en el lore del personaje. El Alto Evolucionador hace una deducción aún más alucinante, cruzando ALF con los X-Men: la resposable de esa destrucción ha sido nada menos que Fénix Oscura. El Alto Evolucionador abandona entonces su contacto con ALF, advirtiéndole que no interfiera en su propósito de hiperevolucionar a los humanos.
ALF se despierta en la última viñeta (con un estilo que recuerda al estupendo plagiete de ‘MAD’ que Marvel publicaba por la época, ‘What The–?!’) rodeado de los anuales de La Guerra de la Evolución.
Se ha empachado de cross-overs como quien se empacha de fabada, y ha tenido una pesadilla. Unos años más tarde, sin embargo, el Official Handbook of the Marvel Universe confirmaría que la experiencia fue auténtica, sumergiendo definitivamente a ALF en la continuidad Marvel. Menudo viaje.